• TENGO LA BOCA SANA Y NO ME DUELE NADA ¿ES NORMAL QUE LA ENCÍAS SANGREN?
Una encía sana no debe sangrar. El sangrado es de los pocos signos que avisan de que una encía está enferma. Si aparece el dolor ya es signo inequívoco de la existencia de una patología más importante y necesaria una visita al dentista. Las enfermedades de la encía no suelen causar dolor y pueden pasar inadvertidas, detectándose habitualmente cuando se ha producido una pérdida ósea extensa e irrecuperable.
• ¿EL MAL ALIENTO ESTÁ RELACIONADO CON PROBLEMAS DE ESTÓMAGO?
La halitosis o mal aliento se origina en un 85-90% de las veces en la cavidad oral. El mal olor procede del metabolismo de las bacterias anaerobias que hay en la boca, estas son capaces de degradar proteínas procedentes de las propias células, las células de nuestro organismo o de otras bacterias y de nuestra dieta, produciéndose compuestos sulfurados volátiles. Una higiene oral deficiente, especialmente entre los dientes, enfermedades en las encías como la gingivitis y la periodontitis, y la presencia excesiva de sustratos en la lengua son las causas más habituales de halitosis.
• ¿LO QUE PASA EN LA BOCA SE QUEDA EN LA BOCA?
Las consecuencias de la salud bucal NO se restringen a la cavidad oral. En la boca hay millones de bacterias, la inflamación o infección crónica de las encías producida por estas bacterias tiene repercusiones a nivel general pasando en el resto del organismo a través del torrente sanguíneo. Los pacientes con periodontitis tienen mayor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, pulmonares o diabetes.
• LOS CEPILLOS DUROS Y LOS ENJUAGUES FUERTES LIMPIAN MEJOR.
Mayoritariamente se acepta que los cepillos duros son más efectivos para eliminar la placa bacteriana y las manchas de los dientes, pero esto NO es necesariamente cierto. En realidad, el cepillado con un cepillo de cerdas duras o el cepillado brusco o traumático producen desgaste en el esmalte y retracción en las encías, acciones que dejan expuesta la raíz de la pieza dental. Se puede obtener un cepillado eficaz con cepillos de consistencia suave o media, son los más recomendables. Tampoco es del todo cierto que un enjuague bucal fuerte o con mucho alcohol sea indispensable para la salud de las encías; de hecho, los enjuagues con alto contenido en alcohol pueden producir sequedad de los tejidos orales en modificar la cantidad y calidad de la saliva.